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¡Mamá, ayúdame a respirar!

Esta historia me encanta, creo que ha sido de esos momentos en la maternidad que en medio del caos encuentras la MAGIA.



Esto pasó hace más o menos un año. Isabella tendría como 4 años y medio, era la hora cero (si eres mamá, sabes a qué me refiero), Isabella en un berrinche de esos de miedo, fuera de sí, la verdad ya ni me acuerdo por qué (¡qué bueno que las mamás no recordamos esos detalles!) yo estaba cansada e histérica (si, a veces me pongo como monstruo aunque no lo creas), ya había hecho de todo para que se calmara pero nada funcionaba.

Había intentado todas las técnica: gritos, el famoso “cuento hasta 3” (creo que hice la cuenta más de 5 veces), abrazo de contención (yo y mis libros de discipilina positiva), dejarla sola (que estoy en contra), regresar más enojada, ley del hielo, de todo, y nada funcionaba.

De pronto se privó, me asusté y la senté enfrente de mi y con voz firme le dije “Isabella respira, respira conmigo” (ubica un tono fuerte de desesperación) y empecé a marcar la respiración fuerte para que ella me escuchara, volvió a gritar, yo seguía respirando fuerte (entre sus gritos y llanto), de pronto empezó a sintonizar con mi respiración (no fue inmediato, pasaron unos 3 eternos minutos, pero me mantuve firme) y se calmó, me abrazó y se relajó. Wow, el poder de la respiración es increíble.

Pasaron días y pum! Otra vez… berrinche de terror, la misma escena, yo histérica y cerrada. Nada la calmaba, yo ya no sabía que hacer. De repente entre gritos y llanto me gritó “¡MAMÁ, AYÚDAME A RESPIRAR!” Fue un momento mágico, la vi y me estaba pidiendo con los ojos que la ayudara a calmarse y a regresar a su centro. Me acerqué y comencé a marcar la respiración, ésta vez rápido entró en sintonía y se calmó.

Cuento esta historia y se me pone la piel chinita, me maravilló ver cómo le ayudó la respiración y cómo ella supo que así se podía calmar. Desde ahí estoy enseñando a mis hijas a reconocer sus emociones, tener más consciencia y usamos técnicas de respiración adecuadas para ellas.

La respiración es nuestra ancla para re conectarnos y calmar la mente y las emociones. Podemos enseñar a los niños a respirar cuando se sientan rebasados, incluso cuando estén en medio de un berrinche.


¿Cómo podemos enseñarlos a respirar?

  • Escoge un momento relajado para comenzar (no lo hagas en medio de una crisis, aunque a mí me funcionó, es más efectivo que lo hagan en un momento de calma)

  • Pide que respire al ritmo de tu respiración

  • Marca la respiración fuerte inhalando por la nariz y exhalando por la boca

  • Ejercicio del cuadrado: Imaginen un cuadrado en donde en cada lado marcarás inhalación y exhalación (pueden usar cualquier figura geométrica, si las tienes impresas mejor o puedes tomar cualquier objeto por ejemplo un libro)

  • Dile que infle la pancita como un globo y que la desinfle sacando todo el aire por la boca (que se imagine cómo se desinfla un globo cuando lo sueltas)

  • Que la exhalación sea más larga que la inhalación

Poco a poco pueden llevar el pranayama o técnica de respiración a su día a día y que los niños aprendan a auto regularse.

Espero que te inspire este post y lo practiques con tus hijos

Con amor,

Anilú

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